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Presentación de los concejales electos de Ahora Madrid. |
Mi desapego por Carmena viene de antiguo. De cuando nuestros
caminos laborales se cruzaron hace ya bastantes años. En su metamorfosis
judicial, ella pasaba entonces por el “estadio” de "jueza estrella”.
Acababa de ser nombrada Decana de los Juzgados de Madrid. Entró con empuje, como
elefante en cacharrería en un anquilosado Decanato. Mi situación era muy
diferente, no era más que un miembro electo del Comité de Empresa de Trabajadores
de la Administración
de Justicia en Madrid, sin brillo ni grandilocuencia, solo un sindicalista.
Su forma de actuar en aquellos momentos, demasiado cercana a
la máxima “el fin justifica los medios”, entiendo que en parte debida
posiblemente a la exaltación pseudo juvenil que le producía ocupar tan deseado
puesto y saber que el trabajo era mucho y el tiempo poco, la llevo a constantes
conflictos y encontronazos con los trabajadores que mis compañeros y yo representábamos
y procurábamos proteger de sus embestidas en la medida que lo permitían nuestras
fuerzas sindicales y la legislación laboral.
Cuando conocí la oferta que Ahora Madrid le hizo para
encabezar su candidatura al Ayuntamiento de la capital del estado, he de
confesar que se me arrugaron los entresijos y entrémoños. Me vinieron a la
mente todas aquellas formas casi autócratas de intentar administrar la Administración de
Justicia desde su puesto de Decana, su personal escala de valores para regular
la relación del jefe administrador con el trabajador administrado, cuasi
paternalista. No, no me convencía la posibilidad de poder ver repetido ese
escenario, y así lo exprese desde el primer momento en mi blog (Carmenadas).
Ha pasado el tiempo y he de decir que he notado una sustancial
diferencia en la mayoría de las actuaciones, salvo deshonrosas excepciones, de la Alcaldesa actual y la
otrora Decana. Partiendo de la considerable diferencia que tiene controlar un
Decanato y administrar un Ayuntamiento, de que en el primero era ella y solo
ella quien, dentro de las leyes, decidía y ordenaba, y ahora es ella en
consenso con su equipo de concejales, quienes realmente hacen todo el trabajo
duro, los que gobiernan la ciudad, he de decir que he ido recuperando poco a
poco mi confianza en Ahora Madrid y empiezo a considerar no del todo equivocada
su decisión de aupar a Carmena a la alcaldía.
Dicho esto he de matizar que hay algo que todavía me irrita,
es esa “p… manía” de los medios periodísticos de titular “Carmena esto, Carmena
aquello. Carmena hace, Carmena deshace”. Y me irrita porque no solo no es verdad
que sea Carmena quien hace o deshace,
como se desprende de los titulares, informaciones y comentarios, sino que es el
trabajo de todos y cada uno de los concejales de Ahora Madrid los que soportan
la gestión del día a día del Ayuntamiento, los que elaboran normas y ordenanzas
que luego se llevan al pleno para su aprobación.
Ya se que me diréis que es un modismo, una forma de hablar.
El Gobierno de Rajoy, la
Generalitat de Mas, el Ajuntament de Colau. Pero es incorrecto,
tendencioso y molesto. Es incluso mas aceptable hablar del Ayuntamiento del PP,
del Gobierno del PSOE, por lo que implica de esfuerzo colectivo de un equipo de
gobierno, alejándonos de los personalismos, que seguir con la retahíla del gobierno
de tal persona o el ayuntamiento de cual otra.
Siempre he despreciado a los “lideres carismáticos”, a los “guías
revolucionarios”, a los “paladines”, a los “cabecillas”, a los “caudillos y
dictadores”. De todos aquellos que se arrogan para si solos, o dejan que otros
lo hagan, los meritos de tal o cual hazaña o gobierno, de todos ellos desconfío
de su capacidad de empatia y sensibilidad social, de su disposición hacia la
defensa del interés común.
Por eso hoy quiero proponer un pequeño pacto, yo no echare jamás la
culpa de lo que no funcione en el Ayuntamiento de Madrid, a Manuela Carmena, si
vosotros os comprometéis a no adjudicarle “coloquialmente” todos los éxitos, o
viceversa. Yo os prometo intentar cumplirlo desde ya.