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ESTO SE HA ESCRITO Y TU LO TIENES QUE LEER

SELECCIÓN de Jodete Merkel

28 de diciembre de 2016

La huella de la milana

"Entre octubre y diciembre de 1983 se rueda en Alburquerque una de las películas más taquilleras del cine español, Los Santos Inocentes

Un relato mítico que ha terminado convirtiéndose no sólo en la representación de la España rural de los años 60, sino en el símbolo más certero de la historia de Extremadura

Esta es una película que trata de opresores y de oprimidos. Aquí no se habla de proletariado ni de revolución pero la obra es uno de los alegatos más contundentes que se han hecho para denunciar la tiranía de clase"

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Texto completo en:
http://www.eldiario.es/eldiarioex/sociedad/huella-milana_0_595291153.html



En apenas unos años las condiciones de vida han empeorado hasta el punto de que sabemos que ya vivimos y viviremos peor que nuestros padres y madres. Nos tratan como mercancías en un mercado laboral cada vez más desregulado, con nuestras vidas cada vez más a la intemperie. Avanza la precariedad, se asientan las privatizaciones y los recortes de servicios públicos, se machacan impunemente derechos básicos.

Hemos pasado de escandalizarnos por ser mileuristas a alegrarnos de lograr un trabajo de 700€ en jornadas laborales de hasta 40 horas. La alternativa es el paro: seguimos en tasas escandalosas del 20%, casi la mitad de larga duración (más de dos años). Los sueldos que se han expandido en esta crisis impiden una vida digna, pagar una vivienda y otros gastos básicos de subsistencia, por no hablar del ocio y la cultura.

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IU- Las Rozas
15/01/2017

Texto completo en:

http://www.izquierda-unida.es/node/16381

La controversia favorable: una crítica al errejonismo.

Partiendo de los míticos seleccionadores argentinos Menotti y Bilardo, el autor analiza la estrategia del secretario político de Podemos: “No está sabiendo leer la necesidad de una convergencia más allá de lo electoral y está dando un balón de oxígeno al sistema político del 78 con sus repliegues institucionales”.

18 enero 2017
07:00


Daniel Bernabé

Menotti y Bilardo fueron algo más que dos entrenadores, que los seleccionadores que llevaron a Argentina a ganar sus únicas Copas del Mundo en 1978 y 1986. Durante décadas mantuvieron un antagonismo convertido en escuela, en filosofía de vida más allá del fútbol. Menotti, flaco, fumador, de simpatías izquierdistas, apostaba por un juego al ataque en el que debía participar todo el equipo, donde el balón había que tenerlo y mimarlo durante todo el encuentro. Por contra para Bilardo, el narigón, el doctor, la victoria era consecuencia de buscar la puerta del rival sin importar otras consideraciones, ni siquiera morales, según explican las estrafalarias leyendas asociadas a su persona. Lo interesante de esta historia es que el debate, al menos en los medios españoles, se planteó de una forma parcial cuando no falsa, una que venía a decir que mientras que los equipos de Bilardo jugaban feo pero ganaban, a los de Menotti les daba igual el resultado mientras que jugaran bien.

Recordando esta rivalidad me ha sido difícil no pensar en la campaña previa a Vistalegre 2, no tanto porque los candidatos pudieran representar el choque filosófico de los entrenadores, sino sobre todo porque la forma en que la facción errejonista ha planteado la contienda recuerda a esa falsa elección, que tanto daño hizo al fútbol, entre ganar y jugar bien. De las múltiples habilidades del secretario político de Podemos brilla por encima de todas la capacidad de construir escenarios de controversia favorables, o dicho de otra forma, no es tan importante la explicación de las ideas propuestas como la unión artificial de esas ideas a unas categorías positivas que además marcan negativamente al rival. Cuando Errejón dice que él quiere a un Podemos ganador, no sólo se apropia de algo que se supone obvio, sino que señala a sus adversarios con el estigma de la derrota.

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Texto completo en: http://www.lamarea.com/2017/01/18/la-controversia-favorable-una-critica-al-errejonismo/

Mal rato


ISAAC ROSA

Eres Rodrigo Rato. Sí, tú. Querrías no serlo, en este momento más que nunca. Pero eres Rodrigo Rato. Si te giras, ahí está tu reflejo en la puerta acristalada del restaurante. No es que necesites comprobar tu propia identidad, sólo quieres ver tú también lo que ven quienes ahora pasan por esta calle. Ahí estás, inconfundible, con cara de apertura de telediario, un rostro demasiado conocido y con ese aura magnética propia de todo famoso, que atrae las miradas incluso cuando no lo reconocen. No es tu caso: claro que te reconocen. Has olvidado las gafas de sol en la mesa, y no es buena idea volver a entrar. Mejor que en la puerta del restaurante, puedes verte reflejado en los ojos de quienes al pasar ralentizan la marcha, te miran sin disimulo, giran la cabeza, comentan con sus acompañantes, señalan, te señalan. “¡Es Rodrigo Rato!”
¿Dónde está el coche? Y sobre todo, ¿dónde está tu escolta? Lo del chófer lo disculpas, es una calle con un solo carril y no hay aparcamiento a la vista, estará en una calle próxima, o en un parking, escuchando el fútbol o haciendo esos estúpidos sudokus. Pero el escolta, qué hace que no está en la puerta, o en la acera de enfrente, o como muy lejos en un bar próximo del que ya debería haber salido al verte ahí, detenido en la puerta del restaurante, con la gabardina en el brazo y esa expresión de urgencia. No es la primera vez que se despista, que da por hecho que una comida durará lo suficiente como para acercarse a un centro comercial próximo, a comprar cualquier mierda, y te obliga a llamarlo como ahora. Llamarlo. El teléfono. ¿Dónde…? ¿Quedó ahí dentro, sobre la mesa? Te giras para buscar tu mesa, la que acabas de dejar a la carrera y sin haber probado ni el primer plato, pero el cristal te devuelve tu mirada nerviosa.

Volver adentro no es buena idea, ni siquiera estás seguro de que el teléfono esté ahí, que siga ahí, que no lo haya cogido al descuido algún camarero o uno de esos hijos de puta que te jodieron la comida antes de empezar. En cuanto aparezca el escolta llamarás a la compañía para que bloqueen el terminal, pero para eso primero debe regresar tu protector, y no lo distingues entre los muchos que circulan por esta calle comercial y te miran con incredulidad, incluso sacan el teléfono para fotografiarte. Tienes que moverte cuanto antes, pasmarote. Como no ves el interior del restaurante, imaginas a los clientes también fotografiándote desde sus mesas, tuiteando la imagen del gran hombre desvalido en la pecera, los camareros y hasta el maître uniéndose a la chanza.

Empezaron apenas entraste, confirmando la inquietud que sentiste cuando el coche te dejo hace unos minutos a la puerta y viste la fachada, la calle, el barrio. Un restaurante que no conoces, muy recomendado pero territorio inexplorado para ti, mal lugar para una cita, sobre todo cuando el maître te dijo que no disponían de reservado, que la mesa a tu nombre era esa, en un lateral de un comedor lleno. Te tranquilizó ver tanta corbata, gente de negocios, no tan proclive a la fácil demagogia y al linchamiento como aquellos cretinos que hace unas semanas te persiguieron por el aeropuerto al bajar de un avión. Unos graciosos, que se cobraron como trofeo varios vídeos pronto viralizados, en los que aparecía el gran hombre acelerando el paso como un cervatillo. Aquí no, en principio no te pareció un territorio hostil, pese al silencio que atronó a tu llegada: todas las cabezas se giraron hacia ti, con asombro, sonrisas de reconocimiento, codazos. Te sentaste a la mesa y, mientras esperabas a tu compañero de almuerzo, te refugiaste en el teclado del teléfono para no cruzar la mirada con quienes murmuraban el único tema de conversación posible. No sabes quién fue el primero, qué más da. De pronto un tipo levantó la voz y soltó, con entonación graciosa: “Alguien ha arruinado un banco… Y no me gusta señalar”. Todos se unieron en carcajada, y para confirmar que conocían el viejo chiste de Gila, en seguida hubo réplicas desde otras mesas: “Alguien ha defraudado a Hacienda… Y no me gusta señalar.” “Alguien viaja mucho a Suiza… Y no me gusta señalar”. Así siguieron otras ocurrencias, apenas audibles bajo las carcajadas, mientras tú fingías absurdamente estar pendiente del teléfono. “Camarero, ¿aquí se puede pagar con tarjeta Black?”, preguntó un chistoso, y ya no tenía sentido aguantar más, era el momento de retirarse, no sin antes dar un sorbo de dignidad al vaso de agua, para después levantarte despacio y caminar hacia la salida sin apariencia de fuga, con paso calmo entre los abucheos. Y ahí sigues, en la puerta.

Descartado buscar refugio en el restaurante, das unos pasos cortos hacia la derecha. No piensas alejarte, el conductor y el escolta te buscarán en el restaurante, es sólo moverte, dejar de ser el pez en la pecera para burla de los comensales e intentar que en movimiento tu rostro sea menos reconocible para quienes no sólo te señalan y comentan, sino que han empezado a seguirte. Mientas caminas despacio por la acera, de reojo un escaparate te descubre que ya hay una decena en espontáneo tropel tras tus pasos, con los teléfonos preparados para cuando te gires.

Ya no eres tú quien toma las decisiones, son tus piernas las que reciben la atávica descarga de adrenalina desde el sistema nervioso, la orden para preparar la huida, por ahora contenida en una aceleración del paso, espaciar la zancada, lo que sólo sirve para convencer a los indecisos, los que aun dudaban de si tú eres realmente quien pareces o es sólo un desdichado parecido físico, pero sí, es él, Rodrigo Rato, qué hace aquí, a dónde va, espera granuja, que no te hacemos nada, cuidado con las carteras que hay un ladrón cerca. Risas. Giras la primera esquina y esos dos segundos en que dejan de verte te anima a correr, pero correr hacia dónde, sólo empeoraría la situación, alimentaría más sus ganas de seguirte, no corres pero aprietas un poco más el paso, la nueva calle tiene más tráfico y buscas una luz verde de taxi. La calle tiene también más peatones, que al cruzarse contigo, ahora además alertados por el revuelo a tu espalda, se detienen pasmados, buscan deprisa la cámara del teléfono, algunos se unen a la comitiva mientras tú prosigues tu caminata ya al límite de la carrera. Sigue sin aparecer el taxi que te salve.

No tiene sentido prolongar la persecución, ni alejarte aún más del punto de recogida, así que al girar otra esquina te cuelas en el primer local. En un primer vistazo reconoces una de esas tiendas de conveniencia que llaman “chinos”. Al menos confías en que la nacionalidad del propietario lo tenga al margen de la actualidad española. Que no te conozca. Avanzas hacia el fondo, das los buenos días al chino, que no ha levantado la vista del televisor, y te detienes en un estante como quien busca algo que necesita. Son productos de limpieza, detergentes baratos, imaginas la foto resultante si alguno de los perseguidores entrase móvil en mano: el gran hombre, rodeado de chismes de plástico y juguetes made in China, mira con atención un friegasuelos de menos de un euro la botella.

Te tranquilizas al ver que nadie más entra en la tienda. Hay revuelo a la puerta, oyes voces, cuánto aguantarán, se darán por vencidos o pedirán refuerzos, avisarán a las televisiones, lo que daría un productor de informativos por estas imágenes: el exministro, el padre del milagro español, el jefazo del Fondo Monetario Internacional, el ex banquero, el juguete roto, el chivo expiatorio que todos necesitan, el enemigo público, el gran villano, mírenlo ahí, acorralado en un chino, como un animalito asustado.

“¿Puede dejarme usar su teléfono?”, preguntas al dueño, que se ha girado hacia ti con una bolsa de plástico en la mano, el gesto mecánico con que pensaba recibir la litrona o la bolsa de patatas. “Teléfono, por favor”, vocalizas con claridad, ayudando la comunicación con un gesto universal de mano haciendo auricular en la oreja. El chino te señala unas tarjetas de prepago colgadas de la pared, en el momento en que entra una mujer en la tienda. Es joven, no tiene aspecto de linchadora sino de madre que ha bajado a buscar el ingrediente que le falta para la comida. Sin embargo, tras un vistazo a la nevera, saca en gesto rápido el teléfono y apunta hacia ti, mientras desde la calle llegan gritos de aprobación. “¿Hay alguna puerta trasera?”, urges al chino, y qué tonterías se te ocurren, una puerta trasera peliculera que dé a un callejón con cubos de basura, desde el que trepar por una escalera de incendios y huir por los tejados. Claro que no, ni siquiera hace falta que te conteste el de la tienda, la chica ya ha salido y habrá compartido tu pregunta con los demás, esas risas lo confirman.
¿Y ahora qué? ¿Cómo sales de aquí? ¿Echas a correr hacia la calle y no paras hasta encontrar a tu chófer, a tu escolta, a un taxi, hasta alcanzar tu portal o caer antes infartado en la acera? ¿Te quedas aquí hasta que se aburran y se vayan? ¿Hasta que te saquen a rastras? ¿Llamas a la policía? ¿Y qué les dices, si nadie te ha puesto un dedo encima, nadie te ha empujado a entrar, nadie te ha amenazado? ¿Les dices que tienes miedo?

Texto completo en el libro de relatos de Isaac Rosa "Welcome" editado por LaMarea.com

TE LO DIGO YO

lunes, 25 de febrero de 2013

El estado de la Nación 13.

Lo que dijo y propuso la izquierda parlamentaria.
Porque no todos los políticos son iguales.

Avance de resultados del estudio 2980 del CIS 

Debate sobre el estado de la Nación

Valoración de los votantes socialistas en 2011 de la actuación de los líderes políticos en el debate sobre el estado de la nación.
Tras el de debate del “desastre” de la Nación, la atención de los medios se ha centrado como siempre en la riña Rajoy-Rubalcaba, que si Rubalcaba ha perdido su don de orador, que si Rajoy parece vivir en otro país y lo que les parece más importante descubrir y declarar al pírrico vencedor de esta batallita de sainete. En este vodevil de peperos contra sociatas se han olvidado de dar papeles a los demás actores. La derecha nacionalista no españolista, es decir CiU, PNV tienen al menos un papel protagonista en sus territorios, las otras derechas regionalistas UPN y Coalición Canaria son secundarios incluso en sus territorios y aportan poco o nada a la discusión, centradas siempre en el que hay de lo mío. Por último está ese partido que aspira a recoger e instrumentalizar los trozos de la implosión de la derecha pepera, y que de todo da lecciones sin nunca haber demostrado saber de algo, hablo de UPyD y su líder, experta travesti política, a la que nadie presta demasiada atención y ni falta que hace.

Solo nos queda la izquierda parlamentaria, la única facción de este triste espectáculo que intento no solo poner al descubierto las contradicciones, mentiras y corruptelas del gobierno Rajoy, sino que fueron los únicos en hacer propuestas concretas y creíbles. Pero si no dispones de los necesarios altavoces que trasmitan y amplifiquen adecuadamente tus mensajes y propuestas, tu trabajo parlamentario puede pasar desapercibido en la calle. Por ello he decidido aportar mi minúsculo grano de arena a favor de la difusión de sus intervenciones y propuestas en el “debate” de los días 20 y 21 de febrero. He pretendido recoger lo que considero más interesante de las intervenciones de los partidos IU, ICV-EUiA, Chunta Aragonesista (dentro de La Izquierda Plural), Compromis-Equo, Amaiur,  ERC, Geroa Bai y BNG.

Para hacer este resumen he tenido el dudoso placer de tener que leerme, los documentos en pdf del Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados de los días 20 y 21 de febrero. Mi salud mental, ya de por si algo deteriorada, ha quedado profundamente tocada, mi “psychological-trainer” me ha recomendado unas largas vacaciones, eso sí mentales que son las únicas que me podría permitir. Pero mi firme compromiso con el constante bombardeo de vuestras vírgenes mentes con mis soporíferos escritos, me ha impedido seguir su consejo. A él le da lo mismo siempre que le abone la visita.

He organizado las intervenciones de Cayo Lara, IU,Joan Coscubiela, ICV-EUiA, Chesús Yuste, CHA, Iker Urbina, Amaiur, Albert Bosch, ERC, Olaia Fernández Dávila, BNG, Joan Baldoví, Compromís-Equo, Uxue Barkos, Geroa Bai, por asuntos y temas, mentiras electorales, la herencia, corrupción, sanidad y educación, desahucios, reforma laboral y empleo, fiscalidad, fraude e IVA, estafas y corrupción bancaria, justicia y represión, agricultura y naturaleza, economía y deuda, Unión Europea, malestar social y propuestas concretas.

jueves, 14 de febrero de 2013

Una semana y un día.



Vidas paralelas.
Ada Colau vs Beatriz Talegón

Hacer un resumen de la vida política y social de dos personas al clásico estilo de las “Vidas Paralelas” de Plutarco, que oponía la vida de un personaje griego a otro romano, se escapa a mis menguadas luces. Mi humilde pretensión es solo enfrentar la reconocida credibilidad social de un personaje público con otro que carece de alguna credibilidad aunque lo pretenda. Como no dispongo de la paciencia ni de la ciencia necesaria para imitar a Plutarco, he decidido reducir esta comparación a una semana y un día de sus vidas públicas, la misma semana y día para ambas, y hacerlo recogiendo algo de lo que de ellas han dicho y opinado en medios de comunicación y en la red. Ya veis sigo fiel a mi máxima “trabajar poco y con el mínimo esfuerzo”.

Como no podía ser de otro modo no pretendo ni puedo ser imparcial, la verdad es que no sé cómo hacerlo, y eso enseguida lo notareis. Admiro y respeto a Ada Colau, su trabajo y tremendo esfuerzo en la PHA. Esta mujer después de años de callado y firme compromiso, se ha convertido sin quererlo en la voz de la sociedad civil en la denuncia de la estafa hipotecaria y la lucha contra los desahucios, una voz clara y firme.

En cuanto a Beatriz Talegón, persona a la que nadie conocía fuera de la estructura del PSOE, hasta su diatriba mediática del pasado 5 de febrero en el Consejo de la Internacional Socialista en Cascais (Portugal), solo si algo debo decir de ella, es que se nos presenta como bulgar espécimen de escrupuloso miembro de un partido, fiel a la disciplina partidaria sin vacilaciones, que nunca hasta este momento había dado muestra pública de disidencia alguna. Usando sus propias palabras, “Cuando se milita en un partido se comparte una visión del mundo que nos excede, lo que es justo e injusto, como queremos que se conviva, los derechos, los deberes, etc.

Quiero presentar la veracidad, el compromiso ciudadano, el valor de decir y actuar de acuerdo a sus convicciones, pase lo que pase y caiga quien caiga, frente a una hábil y disciplinada pieza de transmisión partidaria, plenamente integrada en la organización, que utiliza un estudiado y oportunista discurso aparentemente “alternativo” al de sus camaradas y que lanza su diatriba  mediática desde la comodidad de su puesto dirigente, aprovechando el mediático marco de un acto del Consejo de la internacional socialdemócrata.

La estrategia partidaria de lavar la imagen del PSOE, unida a la busca de un protagonismo mediático puntual, todo con un regusto a premeditado, apoyándose en un "discursito" lleno de tópicos y falto de coherencia con su situación y actitud diaria, frente a la acción directa y comprometida, alejada por voluntad propia del protagonismo mediático al que finalmente se ve arrastrada muy a su pesar, demostrando en esta situación, aun más si cabe, la talla cívica y moral de esta ciudadana.


lunes, 4 de febrero de 2013

Mariano y Esperanza.


“Mariano must die in Spanish policy”

En politica Mariano debe morir, la sentencia ya ha sido dictada y se ejecutará, más pronto o más tarde pero se ejecutará. En un momento político tan amenazador para la estrategia clientelar del partido y de los políticos corruptos que la amparan y alimentan,  el “club” ha decidido amputar los miembros debilitados, expuestos sin ropajes al escrutinio público, aunque ello suponga una larga convalecencia del cuerpo del partido así lisiado. Todo con el único fin de sobrevivir, a la hecatombe que se les hecha encima, a cualquier precio y ya de paso, saborear las dulces "hieles" del poder absoluto. Esperanza está demostrando ser una hija del maquiavelismo más puro, asumió que era mejor ser temida que amada, que el autoritarismo es el único camino del mediocre hacia el poder, que es necesario cambiar para ser la misma, que el engaño, la trampa, la mentira, la tergiversación hipócrita…..son las armas necesarias para ganar la guerra por el poder.